¿Qué fue antes, la gallina o el huevo?
¡La gran pregunta! Seguro que la has oído un montón de veces, y cuando la has intentado contestar, no importa lo que dijeras, parecía que siempre estabas equivocado. Pues bien ¡vamos a resolver de una vez por todas el problema! La próxima vez que alguien te ponga a prueba con el dilema del huevo y la gallina, podrás darle una respuesta clara y, lo que es más importante, muy bien razonada.
Empecemos con una gallina (aunque si empiezas por el huevo el resultado es el mismo). ¿De dónde ha venido la gallina? de un huevo, claro. ¿Y el huevo? De una gallina. Pero el error es pensar que podemos seguir hasta el infinito con huevos que salen de gallinas y gallinas que vienen de huevos. Si fuésemos hacia atrás en el tiempo a través de churrucientas generaciones de gallinas, descubriríamos que el animal en cuestión se parece cada vez menos a una gallina. Al principio las diferencias no serían muchas, pero está claro (y científicamente demostrado) que el tataratataratataratataraetcétera abuelo de nuestras gallinas era un dinosaurio, posiblemente uno parecido a los conocidos como Gallimimus (que significa, precisamente, "imitador de gallinas", aunque no es justo porque él estaba antes que cualquier gallina).
Así que ya sabes: mucho antes de que cualquier gallina pisara la tierra, cloqueara y picoteara granos de maíz, ya existía ese maravilloso invento de la naturaleza que es el huevo.