viernes, 4 de mayo de 2018

El laboratorio de Watson

Experimentando con animales (de gominola)

En el experimento de hoy vamos a estudiar diferentes efectos de ósmosis, y para ello usaremos como sujetos de experimentación nada menos que ositos de gominola. La prueba durará toda una noche, así que hay que hacerla con tiempo.

Qué necesitaremos:

- Unos cuantos ositos de gominola (al menos ocho, más los que nos queramos comer).
- Cuatro recipientes.
- Bicarbonato sódico.
- Sal.
- Agua.
- Vinagre.

Cómo lo hacemos:

En primer lugar, seleccionamos nuestros ocho colaboradores (sería bueno que fuesen cuatro parejas de distintos colores). De cada pareja, uno de los ositos se quedará sin participar, para poder comparar los resultados. Luego prepararemos los cuatro recipientes, uno con agua y sal, otro con agua y bicarbonato, otro con agua sola y otro con vinagre. Para las disoluciones, la proporción es aproximadamente de una cucharada para un vaso de agua.

Cuando tengamos las cuatro "piscinas" preparadas, cogemos a los cuatro voluntarios y los metemos en ellas durante toda una noche. A la mañana siguiente, observaremos los resultados, comparándolos con sus respectivos compañeros "control".



Nuestros ositos después de la experiencia



Qué ha pasado:

El responsable de lo sucedido es un fenómeno llamado "ósmosis". Lo que pasa es que el disolvente (el agua) se mueve hacia donde hay más concentración. El osito que ha pasado la noche en agua sola, se habrá hinchado, al igual que el que ha estado en bicarbonato (solo que en este último caso además se ha decolorado). En el caso del osito del agua con sal, la concentración es mayor en el exterior, así que el osito se habrá deshidratado (en el de nuestra foto no se nota mucho, seguramente por no haber echado suficiente sal en el agua). En cuanto al osito que estuvo en vinagre, lo que pasa es que el vinagre (ácido acético) afecta a las proteínas gelificantes que le dan forma, desnaturalizándolas y deformando la gominola... en fin, nadie dijo que trabajar para la ciencia fuera fácil.

¡OJO! ¡Que a nadie se le ocurra comerse los ositos de gominola después del experimento!




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