lunes, 17 de febrero de 2020

Plantas con mucha marcha

Tendemos a pensar que las plantas son algo bastante inmóvil. Crecen, quietas, siempre en el mismo sitio, como el decorado de una obra de teatro. Como mucho, si nos fijamos en alguna después de cierto tiempo, nos damos cuenta de que ha crecido o tiene hojas nuevas, o le han salido flores... Pero en el fondo siempre tenemos en la cabeza esa idea de "inmovilidad".

Nada más lejos de la verdad. Lo único que pasa es que las plantas se mueven a otro ritmo. Su ritmo. Como podéis ver en los vídeos de más abajo, cuando las grabamos y pasamos el resultado a cámara rápida (¡sobre todo en el de los brotes de viña!) el resultado es sorprendente. Si las viésemos habitualmente así, seguro que no pensábamos que permanecen quietas ¡Es muy probable que no quisiéramos acercarnos a algunas por si nos agarraban! Lo que pasa es que ellas se mueven mucho más despacio que nosotros, a cámara muy lenta (o nosotros a cámara muy rápida, es cuestión de perspectiva).











Estos movimientos que aparecen en los vídeos son tropismos, ya que son lentos y siempre siguen un estímulo constante. En el primero, hablamos de un geotropismo positivo: la raíz se desarrolla a favor de la gravedad. En el segundo, se trata de tigmotropismo positivo, ya que la planta cambia su patrón de crecimiento en cuanto toca algo que le sirve de guía para trepar. Existen movimientos más rápidos que responden a estímulos puntuales, como sucede con la mimosa (Mimosa pudica), a la que, en otro de nuestros blogs, ya dedicamos una entrada.

¡Menuda marcha hay en el reino vegetal! Solo hay que saber entender su ritmo...




viernes, 14 de febrero de 2020

Besos por San Valentín





Con esta imagen tan coqueta, Mamá Naturaleza nos desea a todos feliz San Valentín. Se trata de una curiosísima flor llamada, por motivos obvios, la flor del beso, y su nombre científico es Psychotria elata. Puede encontrarse en zonas de selva de Centroamérica y América del Sur, y en realidad lo que vemos no es la flor, sino unas brácteas que se encargan de proteger la verdadera flor, en el interior de esos "labios" tan llamativos. Como las flores son pequeñas y blancas, bastante discretas, son estas hojas modificadas las que se encargan de atraer polinizadores, sobre todo colibríes y mariposas.