viernes, 26 de octubre de 2012

El laboratorio de Watson

Corrientes de convección muy convincentes

Uno de los efectos del calor sobre un fluido, ya sea un líquido o un gas, es provocar corrientes de convección. Aunque el nombre os suene raro, su funcionamiento es muy simple: al calentarse, el fluido tiende a subir (porque en caliente es menos denso), pero cuando se aleja de la fuente de calor, el fluido se enfría, desciende y el ciclo vuelve a comenzar. Esto se da con masas de aire en la atmósfera y con el magma que hay bajo la corteza terrestre, por poner dos ejemplos.

Su importancia y sus efectos son grandes, pero ¿hay alguna forma de que podamos ver en directo como funcionan? Eso es lo que vamos a hacer hoy, así que poneos vuestras batas de laboratorio y ¡manos a la obra!

Materiales

Una olla pequeña con agua
Un fuego de cocina
Una lenteja

Cómo se hace

En primer lugar, este experimento requiere trabajar con fuego, así que debe haber en todo momento un adulto responsable y operar siempre con cuidado.

Es bastante sencillo: llenamos la olla con agua (no hasta el borde, pero sí debería haber algo de profundidad) y la ponemos al fuego. Echamos dentro la lenteja. Al principio no pasará nada, pero a medida que el agua se caliente y se acerque a la ebullición, la lenteja empezará a dar saltitos. Interesante, pero aún no tenemos nuestra corriente de convección. Cuando la lenteja empiece a describir círculos subiendo y bajando, arrastrada por el movimiento del agua, estarás viendo en directo la existencia de una corriente de convección ¡Enhorabuena!



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