jueves, 18 de enero de 2018

Las dudas de Crick

¿Al zumo de naranja se le van las vitaminas?

Seguro seguro que lo has oído alguna vez, porque es una frase típica de madre. Te acaban de hacer un zumo de naranja recién exprimido (¡qué rico!) y a continuación, como si fuera parte del protocolo oficial: "Corre, bébetelo rápido que se le van las vitaminas". A lo mejor alguna vez te preguntaste "¿Pero a dónde se van?" ¿Hay algo cierto en este saber popular?

Parece que la cosa ni es tan dramática, ni tan urgente. Es cierto que, con el tiempo, las vitaminas pierden sus propiedades porque se altera su estructura (se dice que se "desnaturalizan") y por lo tanto ya no funcionan igual que lo hacían. La vitamina C o ácido ascórbico, que es la principal que contiene un buen zumo de naranja (pero que también la encontrarás en el pomelo, en el limón, en los berros y muchos otros vegetales y hortalizas) se oxida fácilmente dando ácido dehidroascórbico, pero también es cierto que este último tiene todas las propiedades de la vitamina C original. Para que estas vitaminas dejen de tener sus maravillosos efectos sobre nuestro organismo (entre otras cosas, son geniales contra catarros y resfriados) deben pasar alrededor de 12 horas. Así que, si tu madre te mete prisa, le dices que no te importa que el zumo lleve ácido dehidroascórbico, que da lo mismo. Eso sí, cualquiera que se haya bebido un zumo de naranja recién exprimido estará de acuerdo en que es una de las bebidas más ricas y refrescantes (y sanas) ¡Como para esperar doce horas!




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