miércoles, 4 de abril de 2012

Las dudas de Crick

¿Qué son los nervios?

No estamos preguntando por esos haces de fibras neuronales que forman parte de nuestro sistema nervioso, claro, sino por la sensación que nos suele asaltar cuando nos toca actuar en público, ver a la persona amada o enfrentarnos a un examen.

Todos hemos pasado por ello: nos sentimos mal, intranquilos, la boca se queda seca y parece que algo nos aprieta en el estómago y en la garganta, haciendo que hablemos demasiado rápido o tartamudeando. El cerebro puede quedarse en blanco o, si nos toca irnos a la cama, se muestra hiperactivo y no nos deja pegar ojo. ¿Por qué nuestro cuerpo reacciona con semejante montón de incomodidades?

Bueno, lo primero que hay que saber es que los nervios son una reacción natural, y ya la sufríamos cuando éramos primates que iban por ahí recolectando fruta. Cuando un animal se siente amenazado, una parte de su sistema nervioso, llamada sistema nervioso simpático, toma el control del cuerpo y lo prepara para rendir al máximo y hacer frente al peligro. Esa tensión en los músculos nos permitiría correr con más velocidad, nuestros sentidos se vuelven más sensibles, nuestro cansancio desaparece, etc. Y es que no todos los síntomas de los nervios son malos. Otras funciones se bloquean: si estamos en peligro, el aparato digestivo no tiene prioridad, por eso notamos esa sensación de "estómago cerrado".

¿Pero por qué reaccionamos así ante un examen o la perspectiva de hablar en público? Nosotros ya no tenemos que caminar por las calles temiendo que un leopardo salte sobre nosotros y nos devore. Hay ciertos peligros que ya no nos afectan, pero el mecanismo está ahí. Aunque no pensemos en términos de "vida o muerte", nos ponemos nerviosos ante cosas que consideramos importantes y que nos pueden salir mal.

Los nervios no son malos: son una reacción biológica natural. Lo que hay que hacer es no dejarse dominar, y pensar que de ellos se pueden sacar ventajas, como una mayor rapidez de pensamiento y la descarga de adrenalina que nos permite ignorar el cansancio. ¡Así que nervios, los justos!




No hay comentarios:

Publicar un comentario