Cómo fabricar un electroimán
La electricidad y el magnetismo están muy relacionados. Eso es algo que ya descubrió Oersted en el siglo XIX. Con este sencillo experimento, podremos aprovechar energía eléctrica para comunicar magnetismo a una sencilla pieza de metal. A este tipo de imanes se los denomina, por supuesto, electroimán.
Materiales
Necesitaremos una pila, preferiblemente de petaca; unas tijeras, cable, una pieza metálica más o menos grande (por ejemplo un clavo) y otra más pequeña para probar si existe magnetismo.
Procedimiento
En primer lugar, cortamos un trozo de cable de unos quince centímetros, aunque la longitud no es importante: bastará con que no se nos quede corto. Luego usamos las tijeras para pelarlo (quitarle el aislante):
A continuación sujetamos uno de los extremos del cable a uno de los polos de la pila, y enrollamos el resto en torno a la pieza de metal, dejando un poco de cable suelto para poder unirlo al otro polo.
Sólo nos queda unir el cable al polo suelto de la pila, cerrando el circuito. Cuando acerquemos el clip, veremos que se pega a nuestro clavo. El electroimán que hemos fabricado puede que no sea muy potente, pero por lo menos tiene magnetismo...
Otra forma de comprobar que hemos imantado la pieza metálica es acercarla a una brújula. Si el circuito está abierto, la brújula se comportará de modo normal; si está cerrado, provocará una pequeña desviación en la aguja:
Para ampliar
- Si enrollamos más cable alrededor del hierro ¿aumenta o disminuye la potencia?
- Si disponemos de dos pilas ¿cómo podemos colocarlas para aumentar la potencia del electroimán?
- ¿Varía el ángulo con que se desvía la aguja de la brújula en función del ángulo de la corriente eléctrica?
Esto es todo de momento en "El laboratorio de Watson". ¡Esperamos que os haya gustado y os animéis a probarlo!
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