martes, 21 de agosto de 2012

Cómo se forma exactamente un arco iris

A todos nos han explicado alguna vez que los arco iris aparecen cuando ha llovido y luego sale el sol. También podemos verlos en miniatura si nos fijamos en algún aspersor de jardín desde un determinado ángulo. Con un poco de suerte, la persona que nos dijera lo anterior también habrá mencionado algo llamado "refracción". Pero ¿qué es lo que ocurre realmente?



La luz que nos llega del sol es una mezcla de luces de distintos colores, y cada rayo tiene su propia frecuencia, que es lo mismo que decir que son ondas que vibran a distinto ritmo. Por otro lado, el aire tiene un índice de refracción (la relación entre la velocidad de la luz en el vacío y la velocidad de la luz en un medio determinado). Mientras viajan a través del aire, estos rayos tienen todos la misma velocidad, permanecen juntos y crean un efecto de "luz blanca", que es la que llega a nuestros ojos.

Pero si ese rayo de luz blanca atraviesa un medio con un índice de refracción distinto, el rayo de luz cambia su velocidad. Y si ese medio tiene una forma determinada (como un cristal de forma poliédrica o una gota de agua) puede desviar los rayos con distinta frecuencia en varios ángulos.

Por cierto, los arco iris no siempre tienen forma de arco. La forma del objeto que separa los rayos de luz influye en la forma que tendrá el arco iris: un prisma poliédrico crea arco iris rectos, mientras que las gotas de agua en el aire (o de un aspersor) forman arco iris curvos.

Por último, los arco iris no tienen exactamente siete colores: hay un montón de colores intermedios entre los que nosotros nos aprendemos de pequeños.



No hay comentarios:

Publicar un comentario