viernes, 13 de junio de 2014

Grandes inventos del mundo animal

La aguja hipodérmica

La aguja hipodérmica, ese genial invento gracias al cual nos pueden inyectar toda clase de cosas directamente a la sangre (para nuestro bien, claro está) fue inventada por el médico escocés Alexander Wood en 1853, que la usó para administrar morfina a su esposa, enferma de un cáncer incurable. Pero Wood trabajó sobre un modelo de aguja hueca ya existente, fruto del trabajo del irlandés Francis Rynd, en 1844.

¡Pero Rynd tampoco fue original del todo! La aguja hipodérmica ya estaba inventada desde mucho antes, y de hecho, entre los insectos, es tan común y corriente como el silbar. ¿A quién no le ha picado alguna vez un mosquito o incluso una chinche? Sus aparatos bucales son precisamente eso: delgados tubos huecos capaces de perforar la piel. Eso sí, la mayoría los usan para sacar sangre (o savia) en lugar de inyectar cosas, aunque bien es cierto que parte de los fluidos del insecto pueden pasar a nuestra sangre a través de esta afilada boca (¡puagh!).






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