lunes, 9 de junio de 2014

Las dudas de Crick

¿Por qué oímos el mar si nos acercamos una caracola a la oreja?

Pues para empezar, se siente, pero no es el mar lo que oímos. Se trata de una ilusión acústica, que nosotros asociamos al rumor de las olas del océano simplemente porque es fácil pensar en el mar cuando uno tiene una concha en la mano (y más aún si lo está haciendo en una playa).
Pero entonces ¿qué es lo que se oye? Pues nada menos que el sonido de nuestra sangre circulando por los vasos sanguíneos próximos a la zona del oído, sonido que es amplificado por los recovecos y cavidades de la caracola (estudiar la acústica del interior de una de estas conchas de molusco es una tarea apasionante que implica un montón de matemáticas). Así que uno puede decir que, al colocarse una caracola en la oreja, lo que en realidad está oyendo es el fluir de su propia sangre, y eso puede ser incluso más poético que el rumor del mar.


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