No me suena igual
Seguro
que alguna vez te has preguntado por qué tu voz suena tan rara cuando
la oyes grabada, y te dices a ti mismo "yo no hablo así, ¿no?". Bueno,
la respuesta es sí y no a la vez. Cuando hablamos, nuestra voz nos llega
a través del aire (como le pasa a todos los demás), pero también por la
vibración de los huesos internos, que capturan mejor los tonos graves.
En el sencillo experimento que os proponemos hoy, veremos que el sonido
no se transmite igual a través de los sólidos que por los gases.
Materiales
- Una percha metálica
- Dos trozos de cordel
Cómo se hace
Atamos
cada trozo de cordel a cada uno de los extremos de la percha, y luego
enrollamos las puntas libres de los cordeles a nuestros dedos índice.
A
continuación, golpeamos con la percha a otro objeto, de tal forma que
el metal de la percha resuene un poco, y nos fijamos en el sonido que
produce. Después, repetimos la experiencia, pero en esta ocasión nos
metemos los dedos con los cordeles en los oídos e intentamos que los
cordeles estén tensos (tendremos que pedirle a alguien que coja la
percha), y comparamos la diferencia en la percepción de los sonidos.
Esto
sucede porque la segunda vez, las ondas nos llegan no solo a través del
aire, sino de la vibración del cordel (que es sólido). Si lo has hecho
bien, seguramente percibas el sonido un poco más grave.
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