Imaginad la siguiente situación: una persona se presenta en un gimnasio de artes marciales con la idea de convertirse en todo un Bruce Lee. El dueño del gimnasio felicita esa decisión y le dice que debe comprarse un traje apropiado (léase kimono o dobok) y le informa de cómo son los entrenamientos. En un momento dado, el aspirante pregunta si para dentro de un año ya tendrá su cinturón negro y se podrá marchar. Extrañado, el dueño del gimnasio le explica que lleva varios años conseguir el cinturón negro, y que incluso entonces se trata de seguir entrenando para progresar más allá del primer dan. Defraudado, el hombre se larga diciendo o pensando para sí "si es que esto es un negocio. Empiezas teniendo que comprarte el traje, y luego quieren que estés siempre apuntado, soltando pasta..."
¿Alguien ve el fallo de este razonamiento? Pues esta desconexión de la realidad es exactamente la que todos esos conspiranoicos disléxicos aplican cuando hablan de las "farmafias".
"Este año, vacuna. Y luego nos dirán que el virus ha mutado y sacarán otra vacuna más." Noticias frescas, señores: los virus mutan, y sin que tengan que intervenir las farmacéuticas. De hecho, lo hacen todos los seres vivos, algunos en mayor medida que otros. A efectos prácticos, con los virus nos importan las mutaciones que disminuyan la eficacia de las vacunas que ya tenemos desarrolladas. El virus de la gripe lo hace, y por eso su vacuna debe renovarse periódicamente. Y las cosas son así. La realidad, se siente, no se ajusta a los esquemas simplistas de ciertas personas.
"Las farmacéuticas son un negocio". Sí. Y los gimnasios. Y las panaderías. Y las tiendas de ropa. Y así sucesivamente. ¿Todos ellos quieren que sigamos pagando por sus servicios? Claro que sí. Pero eso no quiere decir que no sean negocios legítimos, que no nos ofrezcan servicios necesarios (o que consideramos necesarios) y que no lo hagan de forma adecuada. Es más, del mismo modo que si una panadería que empieza a vendernos mal pan conseguiría perdernos como clientes, una farmacéutica que vendiese medicamentos ineficaces, pronto se vería abocada al fracaso. Por cierto, esas personas que se quejan de que "las farmacéuticas son un negocio" deberían recordar que estamos en un país con Sanidad Pública, donde no tienes que pagar por una intervención médica o pedir una hipoteca para costearte una cirugía.
Sería curioso indagar un poco en aquellas personas que afirman como profetas indignados que "las farmacéuticas son un negocio". Imagino que todas ellas vivirán del aire o la caridad pública. También estaría bien saber cuántas de ellas fuman, dando su dinero a un sector que también es un negocio y que está demostrado sobradamente que es perjudicial. Nunca he visto a ninguno de los "contrafarmafias" manifestarse en detrimento de las tabacaleras; imagino que lo tendrán en la lista, para cuando el tema ya esté demasiado trillado y los focos ya no les presten atención.
Normalmente todos los que pronuncian "farmafias" comparten el rasgo de ser conspiranoicos. Es decir, creen (no, perdón, están profundamente convencidos, porque nunca me he encontrado a un conspiranoico que diga "aunque a lo mejor estoy equivocado") que hay una especie de complot malévolo cuyo fin es enriquecerse con la venta de medicamentos, el vender cosas que no curen nunca del todo y que controlan todo (incluyendo la creación de nuevas enfermedades) desde algún lugar en las sombras.
Vamos a ver, pichones: si alguna vez os han recetado un medicamento que no os ha aliviado del todo, seguro que el médico os ha modificado la receta. Hay enfermedades que han sido erradicadas, al menos en el primer mundo, gracias a la Medicina: difteria, tosferina, poliomielitis, varicela o parotiditis, entre otras. Amigos conspiranoicos, si no habéis oído hablar de ellas es, precisamente, porque ya no tenéis que temerlas. Quizás habría sido más rentable mantenerlas, pero mira tú por dónde, las han quitado de en medio gracias a eficaces planes de vacunación. De nada.
Otra cosa, amigo conspiranoico: si crees que la "medicina oficial" y las "mafias farmacéuticas" están ahí solo para sacarte a ti los cuartos (el pensamiento conspiranoico lleva siempre asociado cierto victimismo narcisista) la solución es muy fácil: ahórrale dinero a la Sanidad Pública y la próxima vez que enfermes o tengas una lesión o una urgencia, quédate en casa. O entrega tu dinero a la homeopatía, que seguro que no es un negocio. En este vídeo te explican cómo fabricar tu propio "medicamento" homeopático casero.
Por otro lado, todo el mundo es consciente de que para mantener algo en secreto, cuantas menos personas lo sepan, mejor. Una conspiración como la que se quiere dar a entender implicaría a todos los médicos, todos los farmacéuticos (incluido el de tu barrio, sí), todo el personal de enfermería de todos los hospitales y, por supuesto, habría que poner al corriente (imagino que con algún tipo de juramento sagrado de confidencialidad bajo pena de muerte) a todos los que entran a estudiar Medicina, Farmacia, Bioquímica, Biología, Neurología, Enfermería, etc. año tras año. Como conspiración en la sombra deja casi más gente dentro que fuera.
Para un análisis de esta clase de argumentos conspiranoicos, os dejo con un fenomenal vídeo del periodista y divulgador Mauricio Schwarz.
Después de esto, poco más hay que decir, pero sí nos gustaría añadir una cosa. Si, en el caso más surrealista, todas esas conspiraciones de las "farmafias" y la "medicina oficial" fueran verdad, bien por ellas. La Medicina ha salvado la vida a mi padre y a una de mis tías, ha salvado la calidad de vida de mi madre y mi mujer, me ha respondido adecuadamente cada vez que he estado enfermo, me ha protegido con las vacunas de enfermedades terribles y mucha gente que conozco opina lo mismo. Si es un negocio, le doy con gusto mi dinero, porque está haciendo un excelente trabajo.
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