Si
miras a tu alrededor, el mundo está lleno de color (¡qué bonito!), en
todos los matices, variedades y combinaciones. Algunos colores tienen su
utilidad (por ejemplo, los que sirven a algunos animales para
camuflarse, o el verde que permite a las plantas hacer la fotosíntesis)
mientras que otros son simples caprichos artísticos de la Naturaleza.
Pero ¿te has preguntado alguna vez por qué vemos las cosas de colores?
¿Por qué una fresa la percibimos de color rojo? "Pues porque es roja",
dirás tú. Bueno, la cosa es un poco más interesante que eso...
Verás,
la luz que llega a nosotros desde el Sol es lo que los científicos llaman
"luz blanca", y contiene todos los colores (y más que nosotros no
vemos; los físicos prefieren hablar de "longitudes de onda"). Podemos comprobar esto cuando atraviesa un prisma (ya sea de
cristal o en gotas de agua) y se descompone formando un arcoíris (que en
realidad tiene muchos más de siete colores, ya que hay un montón de
colores intermedios). Esta luz llega a todos los objetos que nos rodean,
y estos absorben algunos colores y nos reflejan otros. Son estos
colores reflejados los que llegan a nuestros ojos, y los que mandan al
cerebro la señal de que algo es "azul", "verde limón" o "rojo anaranjado
claro". Así que, para ser correctos, vemos las fresas de color rojo no
porque sean rojas, sino porque precisamente absorben todos los colores
menos ese ¡Qué cosas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario